Valorómetro

Descripción de la actividad

Mediante el planteamiento de algunas frases relacionadas con la práctica de valores, quienes participan reflexionan acerca de lo que se expresa de manera verbal y no verbal en el grupo.

Indicaciones

1. Colocar en un extremo del salón el cartel que dice “SÍ”, en el otro extremo el que dice “NO”, y en el centro, el cartel que dice “NO SÉ”.


2. Explicar que se leen distintas frases y que cada participante deberá pensar cómo se siente al escuchar cada una; para seleccionar su respuesta: “SÍ”, “NO” o “NO SÉ” y colocarse físicamente debajo del cartel que corresponda.

3. Explicar que el ejercicio no pretende generar debate, sino detectar y reconocer de manera individual las actitudes, pensamientos y sentimientos que se experimentan como docente al relacionarse con los alumnos. Por ello, el grupo puede observar las posiciones de quienes están jugando, pero sin cuestionar o contraponer puntos de vista. Lo importante es poner atención en las propias posiciones.

4. Enfatizar en la importancia de que los participantes se desplacen a la posición que desde su punto de vista es la indicada y no se dejen influir por los demás.

5. Se leerán tantas frases como el tiempo destinado a esta actividad y la disposición de los participantes lo permitan. Por eso es importante realizar previamente selección de aquellas frases que de acuerdo con el contexto de 
convivencia puedan resultar más significativas.

6. Compartir los siguientes mensajes:

• • Se trata de una actividad de reflexión individual.

• • Lo importante es poner en juego los valores que se reflejan día con día en 
la escuela a través de nuestras actitudes y conductas.
• · Por lo tanto, no hay respuestas correctas o incorrectas

7. Plantear preguntas de reflexión individual.

Estrategías didácticas

Frases para el desarrollo de la actividad

• Expreso a mis alumnos, por medio de las palabras, los sentimientos y opiniones positivas que me provocan.
• Cuando expreso a mis alumnos una opinión negativa de su comportamiento 
elevo el volumen de mi voz.
• Cuando expreso a mis alumnos una opinión negativa de su comportamiento 
busco sentarme a su lado y mirarlos a los ojos.
• Conozco las opiniones que los alumnos tienen sobre mí.
• Expreso críticas al trabajo de mis alumnos acompañándolas de alguna demostración amistosa como una sonrisa.
• Escucho atentamente los puntos de vista de mis estudiantes aunque no los 
comparta.
• Aun cuando en ocasiones no comparto el punto de vista de algún alumno, 
le expreso por medio de palabras, el respeto que siento por su opinión.
• Facilito a los alumnos posibilidades de manifestar sus desacuerdos.
• Cuando el grupo se burla del error cometido por un alumno, lo ignoro y 
continúo con la clase.
• Me he llegado a sentir incómodo(a) ante el grupo.
• Cuando un alumno tarda en elaborar una respuesta verbal lo apuro con mis 
gestos.
• Cuando el grupo apura a un alumno a emitir una respuesta verbal pido 
amablemente paciencia y respeto para su turno.
• Antes de dar indicaciones a mis alumnos elijo las palabras que mejor ayuden 
a comunicar lo que quiero.
• Reviso aquel comportamiento mío que produce incomodidad en los alumnos.
• Respeto la integridad física de mis alumnos cuando debo manifestar algún 
aspecto desagradable.
• Reconozco cuando me siento molesto(a) con los alumnos.
• Trato a mis alumnos como me gustaría ser tratado(a).

• Reacciono con indiferencia cuando los alumnos lloran.
• Cuando a un alumno se le cae algún objeto me acerco para ofrecerle ayuda.
• Cuando un alumno se cae o golpea me acerco para preguntarle cómo se 
siente y ofrecerle ayuda.
• Cuando un alumno me ayuda con algo le expreso mi gratitud acompañada 
de una sonrisa.
• Utilizo el grito para controlar la conducta de los alumnos.
• Dar la espalda al grupo para escribir en el pizarrón representa un momento 
vulnerable para el maestro(a).
• Considero que el humor tiene cabida en la práctica pedagógica.
• Utilizo el humor como un apoyo para el desarrollo de los contenidos temáticos.
• Confío en poder utilizar el humor sin que la clase se desordene.
• Considero que las relaciones e intercambios entre mis alumnos y yo son prioritariamente agradables.
• Al inicio del día saludo a los alumnos con una sonrisa.
• Cuando los alumnos me buscan para hablar los miro a los ojos y dejo lo que 
estoy haciendo para escucharlos.
• Practico la conducta de no interrumpir a los alumnos mientras hablan.
• Los alumnos se equivocan con la intención de entorpecer la clase y molestarme.
• Valido explícitamente cualquier acción que derive en un beneficio colectivo.
• Recibo cumplidos de mis alumnos.
• Hago cumplidos de mis alumnos.
• Ofrezco de mis golosinas o refrigerio a algún alumno.

Preguntas de reflexión individual:

• ¿Alguna de las conductas y actitudes anteriores reflejan lo que pienso de 
mis alumnos?
• ¿Recibo el trato que espero de mis alumnos?
• ¿Trato a mis alumnos como me gustaría ser tratado por ellos?

• ¿Cuáles de mis actitudes y conductas hacen del aula un espacio propicio 
para convivir a partir de los valores?
•  ¿Hay alguna actitud o conducta que podría modificar para hacer del aula un 
espacio propicio para convivir a partir de los valores?

Observaciones

• Es importante evitar durante el desarrollo de la actividad expresiones de aprobación o desaprobación acerca de las posturas de los docentes con la finalidad de no influir en sus respuestas.
• Las preguntas de reflexión individual, como su nombre lo indica, no requieren de la puesta en común de las respuestas. Es importante recordar a los docentes que ni siquiera es necesario que respondan afirmativa o negativamente con un movimiento de cabeza porque las respuestas son para sí mismos.