Yo formador

Objetivo

Hasta este punto, se busca que las y los participantes se hayan reconocido como agentes corresponsables de la formación en valores, mediante sus actitudes y conductas, que re- presentan un ejemplo para las personas con quienes se relacionan de manera cotidiana, y que hayan comprendido que los valores son habilidades, por lo que se requiere generar espacios y momentos para practicarlos


Duración

50 minutos


Espacio requerido

Espacio cerrado


Materiales

  • Hojas de papel rotafolio.
  • Marcadores de colores.
  • Cinta adhesiva.

Tema que se aborda

La responsabilidad personal de formar en valores mediante las acciones y conductas que se traducen en ejemplos para las personas con quienes se convive de manera cotidiana.


Intención educativa

Reflexionar en torno a la responsabilidad compartida de di- versas instituciones como la familia, la escuela y la sociedad en general para formar en valores, sin eludir el compromiso personal en la misma tarea, como integrantes activos de una comunidad.

Descripción de la actividad

Por medio de la narración de una historia se va construyendo un esquema que permite reconocer cómo mediante las pequeñas decisiones y acciones de la vida cotidiana se contribuye a generar ambientes de convivencia a favor o en contra de la práctica de valores.


Indicaciones

1. Coloca al frente del salón una hoja de papel rotafolio que tenga escrita en su parte superior, a manera de título, la pregunta: “¿Quién es la persona que está formando en valores?” En el resto de la hoja se irá construyendo colectivamente un esquema. Considera la distribución de los textos en el papel rotafolio a medida que se vaya haciendo necesario asentarlos en el cartel. El esquema final quedaría como se muestra en la siguiente página.

2. Solicita a quienes participan que se sienten frente al cartel, acomodando sus sillas en filas, a la manera de un auditorio.

3. Explica que en este juego se trata de encontrar a una persona, y que para ello les narrarás una historia en la que podrán identificar las pistas para hallarla. Anuncia también que al ir relatando la historia requerirás que te ayuden a construir ciertos fragmentos, para hacer más dinámica la actividad.

4. Narrativa e indicaciones para construir el esquema:

  • La historia ocurre en uno de los barrios más violentos de la ciudad. (Pide que 
te ayuden a imaginar la convivencia en ese entorno social).
  • Ahí hay una escuela que es una de las más violentas de la ciudad. (Pide que te ayuden a imaginar cómo es la convivencia en el recreo, cómo son los baños, 
qué pasa en los salones cuando los docentes deben ausentarse un momento).
  • En esta escuela había tal nivel de violencia que aun en la clase de educación física, que es una de las favoritas del alumnado, el tiempo máximo de convivencia sin violencia era de siete segundos.
  • Cuando se quiso indagar sobre la convivencia, se convocó a responsables de crianza para preguntarles si conocían el tipo de convivencia que había en la escuela. (Pide a quienes participan que te ayuden a imaginar lo que esos responsables de crianza respondieron ante la pregunta: “¿Quién está formando en valores?” Lo que suelen imaginar es: los docentes) (Ahora pide que te ayuden a imaginar los argumentos que aquellas personas aportaron para afirmar que son los docentes quienes forman en valores. Si así lo consideras, registra las respuestas en un cartel).
  • Después se reunió a los docentes de la escuela para hacerles la misma pregunta. (Pide que te ayuden a imaginar la respuesta de aquellos docentes. Lo que suelen imaginar es: madres y padres. Ahora pide que te ayuden a imaginar los argumentos que aquellas personas aportaron para afirmar que son madres y padres quienes forman en valores. Si lo consideras conveniente, 
registra las respuestas en un cartel aparte).
  • Finalmente, se decidió reunir a docentes con responsables de crianza para encontrar juntos una respuesta a la misma pregunta. Y lo que respondieron fue: el gobierno, argumentando que no era posible formar en valores cuando no hay una vigilancia de los mensajes negativos que se proyectan en la televisión; en la radio se escucha música que promueve el machismo, la violencia sexual, el narcotráfico; en la Internet no existe una vigilancia estricta del acceso a las páginas de pornografía; no se controla la distribución de videojuegos donde se ganan puntos por robar y matar. Ante todo eso, tanto las familias como la escuela se encuentran imposibilitadas para formar en valores.
  • Explica que, dejando de lado esta historia y los argumentos de aquellas personas, se sitúen nuevamente en el momento actual para responder a la pregunta: “¿Quién está formando en valores a tus hijos e hijas, a tus hermanos y hermanas, a tus compañeros o compañeras de trabajo, a tus vecinos y vecinas, a tu pareja, a tus sobrinos y sobrinas, y a las demás personas con quienes puedes relacionarte?” (La respuesta que suelen ofrecer es: Yo. Registra la respuesta en el cartel).
  • Menciona que tal vez haya personas que no estén de acuerdo con esa res- puesta, pero que enseguida se mostrará una comprobación de que así es. (Pregunta: “¿A través de qué se forma en valores?” La respuesta suele ser: a través del ejemplo. Registra la respuesta en el cartel).

Estrategías didácticas

  • Plantea la pregunta: “¿De qué se conforma el ejemplo?” Puedes ayudar a construir la respuesta, dejándola incompleta con la frase: “De todo lo que yo...” (Suelen responder: hago, digo, pienso, siento) Registra las respuestas en el cartel y haz notar que no es posible dejar de sentir, pensar, decir y hacer, por lo que, como seres humanos, estamos emitiendo mensajes que se convierten en ejemplos de conductas para las personas con quienes interactuamos. Este es un proceso que ocurre, nos lo propongamos o no, nos demos cuenta o no, tengamos tiempo o no, poseamos experiencia en la enseñanza de valores o no, seamos responsables de crianza o no, entre otras particularidades. De modo que, en este sentido, cada persona es formadora en valores.
  • Pregunta: “¿En qué valores te gustaría mandar mensajes?” O: “¿En qué valores te gustaría ser un ejemplo para las personas con quienes convives?” (Suelen responder: respeto, amor, diálogo, entre otros valores humanos como amor, amistad, sensibilidad, apoyo. Te sugerimos que registres, como se señala en el esquema del inicio, los valores de la democracia en la columna correspondiente, y que no registres los valores humanos) Especifica que en este taller se busca abordar los valores de la convivencia en la democracia.
  • Explica que así como emitimos mensajes en el sentido de los valores, también es posible que estemos mandando mensajes en el sentido de los antivalores. Pregunta: “¿De qué antivalores les gustaría alejar sus conductas y acciones?” “¿De qué antivalores no les gustaría representar un ejemplo?” (Suelen responder: violencia, irresponsabilidad, deshonestidad, entre otros. Registra sus respuestas como se indica en el esquema) Pregunta si identifican momentos en que hayan enviado mensajes a favor de los valores, y si identifican momentos en que hayan enviado mensajes a favor de los contravalores.
  • Señala la columna de los valores y pregunta si identifican ambientes de con- vivencia escolares, laborales, familiares donde se vivan estos valores, en contraste con ambientes de convivencia laboral, escolar o familiar donde se vivan los antivalores.
  • Pregunta: “Si no se puede dejar de mandar mensajes, ¿se puede permanecer todo el tiempo mandando mensajes en el sentido de los valores?” (La respuesta suele ser: no.) Pregunta: “Entonces, ¿de qué depende mandar mensajes en uno u otro sentido?” (La respuesta suele ser: de las decisiones) Anota en el cartel: “Yo elijo” (Escribe donde corresponde, según el esquema) Y comparte el mensaje de que, si bien es muy importante darse cuenta del proceso humano de tomar decisiones (“saber que elijo”), también es muy importante darse cuenta de en qué sentido se emiten esos mensajes (“saber qué elijo”), pues el resultado de esas decisiones incidirá en el tipo de convivencia que se genera.
  • Pregunta: “¿Qué es un valor?”, o: “¿Qué son los valores?” (Suelen responder: normas de comportamiento, cualidades deseables en las personas, conductas aceptadas, por ejemplo) Sugiere que a todas las nociones anteriores se incorpore la de que los valores son habilidades. Registra esta palabra en el cartel y pregunta: “¿Cómo se desarrollan las habilidades?” Por ejemplo, la de andar en bicicleta, la de nadar, la de cocinar, entre otras. (La respuesta suele ser: practicando) Solicita que imaginen qué ocurriría en el momento de nadar si sólo nos aprendiéramos de memoria las técnicas de nado y atendiéramos a las recomendaciones de los expertos en el deporte, sin haber practicado jamás en el agua. Parte de esta metáfora para ejemplificar el modo en que los valores se han de apropiar: no basta con conocer las definiciones de diálogo, ni atender a las recomendaciones de familiares y docentes al respecto; hace falta generar espacios para practicar el diálogo y experimentar sus beneficios para aprender poco a poco a relacionarnos y resolver conflictos a partir de su práctica.
  • Explica que los contravalores también son habilidades, y que al resolver cualquier situación las personas suelen usar aquello en lo que tienen mayor do- minio, es decir, aquello en lo que tienen mayor práctica. Motiva a la reflexión de cuántas oportunidades de practicar antivalores y valores ofrece la convivencia social, comunitaria y familiar.
  • Explica que en este taller se tiene la intención de generar espacios de práctica para desarrollar habilidades como dialogar, participar, ser tolerantes, establecer acuerdos y buscar formas de organización más igualitarias en las familias. Que no se aspira a cambiar la manera de vivir de nadie, sino que únicamente se pretende practicar diversas opciones que puedan enriquecer el abanico de posibilidades para relacionarse con las demás personas desde la práctica de valores democráticos.

Observaciones

  • Se busca que las y los participantes se hayan reconocido como agentes corresponsables de la formación en valores, mediante sus actitudes y conductas, que representan un ejemplo para las personas con quienes se relacionan de manera cotidiana, y que hayan comprendido que los valores son habilidades, por lo que se requiere generar espacios y momentos para practicarlos.